Este año 2016 nos ha deparado un entretenido baile político con unas segundas elecciones generales y un
acuerdo de investidura de última hora con unos términos que nadie tiene claro que consigan mantener un gobierno estable por mucho tiempo.
Y una de las consecuencias más inminentes será la dificultad para consensuar unos
presupuestos generales del estado (PGE) a tiempo para cerrar el año. Interesante labor la que tiene por delante el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, y es que si ya es de por si compleja la elaboración de estos presupuestos, no podemos imaginar las dificultades que encontrará con un Congreso tan dividido.